¿Qué es la positividad tóxica?
Es posible que ya haya escuchado este término. La positividad tóxica es un tipo de actitud positiva que puede surgir a partir del miedo. Por lo general, quienes caen en ella tienen buenas intenciones. Sin embargo, puede volverse tóxica cuando el optimismo y esperanza propios anulan los sentimientos de otras personas.
La positividad tóxica es como ignorar el miedo, el enojo o las quejas. Es como decirle a alguien que no sienta lo que siente. Puede parecer un intento frenético de mantenerse en control, y que todo puede decirse con una sonrisa bien intencionada y una actitud alegre.
El daño que causa la positividad tóxica
Cuando nuestra mentalidad se vuelve tóxica y necesitamos positividad todo el tiempo, podríamos creer que cualquier otra emoción o pensamiento que tengamos es “malo”. Esto puede llevarnos a dar por hecho que cualquier nivel de estrés en nuestra vida es dañino o que cada vez que estamos tristes o con dudas significa que no sabemos agradecer las cosas buenas que tenemos.
La positividad no es una “mejor” condición que la negatividad: solo es más cómoda. Podríamos pensar que la positividad es una cura para la tristeza e incluso alguna enfermedad. Sin embargo, en realidad, es mucho más saludable vivir los sentimientos tanto positivos como negativos en lugar de rechazarlos. Para una tranquilidad mental más equilibrada y duradera, debemos procesar las emociones y ocuparnos de los pensamientos negativos.
La solidaridad útil es diferente
Si bien la positividad tóxica puede parecerse al miedo o ansiedad detrás de una sonrisa, la positividad saludable se deriva de la solidaridad auténtica. La solidaridad útil no se trata tanto de ser “alegre”, sino de demostrar compasión, validación y aceptación. La clave es apoyar a otras personas, independientemente de cómo se sientan.
Ejemplos y replanteamientos
- Frase tóxica: “No creo que sea tan malo. ¡Podría ser peor!”
- A veces, la gente se dice esto a sí misma o se lo dice a otras personas como una manera de sentirse agradecidas por lo que tienen. ¡La gratitud es una excelente manera de mantener el positivismo! Sin embargo, también puede invalidar lo mal que podrían percibirse las cosas en ese momento. Claro, las cosas siempre podrían estar peor, pero eso no significa que el dolor o miedo que siente no sea válido.
- Una opción más solidaria: “Parece que está teniendo muchas dificultades. ¿Cómo puedo brindarle apoyo?”
- Reconocer y afirmar las dificultades de alguien es una manera muy poderosa de demostrar preocupación. Asimismo, preguntar qué tipo de apoyo se necesita da la oportunidad de ayudar de una manera más específica.
- Frase tóxica: “No tenga una actitud tan deprimente. ¡Debe tener una mentalidad positiva!”
- Esto puede parecer un estímulo inofensivo. Pero decirle a otra persona que no exprese sus preocupaciones, tristeza o enojo puede hacerla sentir que es una carga para usted. Este tipo de afirmación de “solo mantenga una mentalidad positiva” a menudo surge del miedo de que, si alguien expresa emociones negativas, arrastrará a todas las personas a su alrededor. Es importante establecer límites para que otras personas puedan expresar sus sentimientos, pero no mezclarlos con los que usted tenga.
- Una opción más solidaria: “Noto que siente [tristeza/enojo/soledad/cansancio/etc.]. ¿Le gustaría contarme más al respecto?”
- Cuando alguien le expresa sus sentimientos, está en una posición vulnerable y está compartiendo información muy valiosa con usted. Puede mostrarle respeto a esa persona al reflexionar sobre lo que escucha e invitarla a que le cuente más al respecto. Si la persona se siente cómoda expresándose con usted, es probable que también desee hablarle del tema. Es una gran oportunidad para demostrarle su amistad o apoyo como familiar.
- Frase tóxica: “Olvídese de eso y aguante. Supérelo”.
- Los padres a menudo utilizan este tipo de frases para que sus hijos avancen y no hagan berrinche ni se obsesionen por los momentos de infelicidad. Este tipo de táctica impide que los niños tengan la capacidad de vivir con sus propios sentimientos negativos. Refuerza la idea de que tienen que saltarse a la parte de “Ya estoy mucho mejor” sin procesar la parte de tan importante de “¡ay, eso duele!”. Este mismo ciclo también puede darse en los adultos.
- Una opción más solidaria: “Parece que eso le dolió” o “Eso fue terrible, ¿verdad?”
- Usted puede validar la experiencia emocional de alguien al empatizar, especialmente con los niños. En lugar de intentar “hacerlos más fuertes” para vivir en un mundo cruel, tiene la oportunidad de enseñarles fortaleza al ayudarles a entender sus experiencias. Cuando una persona entiende mejor lo que siente, es más probable que pueda sobrellevar situaciones difíciles más adelante.
- Frase tóxica: “Sé que todo se va a salir bien”.
- ¿Suena como un mensaje que da esperanza? ¡Por supuesto! Sin embargo, la otra persona podría percibir esta frase como “Ya no quiero seguir escuchando esto. Me gustaría terminar esta conversación de manera positiva”. Esto no demuestra solidaridad. Lo más importante es mostrarle su apoyo, independientemente de lo que depara el futuro.
- Una opción más solidaria: “Pase lo que pase, tiene gente que le brinda su apoyo y se preocupa por usted”.
- Este tipo de mensaje le recuerda a la gente que no tiene nada de malo equivocarse y que, incluso cuando los planes no funcionan, la vida sigue. Y también nos indica que ninguna persona tiene que ser perfecta para merecer solidaridad y cariño.
- Frase tóxica: “¡Solo ten pensamientos positivos! Sonríe más”.
- La negación puede ser algo muy poderoso. Si tenemos miedo de sentir emociones incómodas, como ira o ansiedad, podemos decirnos este tipo de cosas a nosotros mismos o a las personas que nos rodean. De cierta manera, es como si estuviéramos entrenándonos a nosotros mismos o a otras personas para rechazar los pensamientos negativos.
- Una opción más solidaria: “Puedo percibir que tiene una preocupación. Gracias por compartir eso conmigo. Valoro mucho tu sinceridad”.
- Una afirmación como esta es poderosa por varias razones. En primer lugar, asevera las preocupaciones de una persona sin quitarles validez. En segundo lugar, agradecerle a alguien por compartir lo que siente le anima a seguir expresándose sin sentir culpa. Por último, este tipo de respuesta también le dice a alguien que, si bien usted no puede solucionar sus problemas, agradece la oportunidad que le brindó para acercarse. Esto podría profundizar su relación con otras personas.
Recuerde que el objetivo no es el autocontrol ni controlar a los demás, sino demostrarse a sí mismo y a los demás que todos son dignos de recibir apoyo, ¡sin importar lo que sientan!
Intente algunos de estos ejercicios con sus seres queridos y con sus propios pensamientos internos. La solidaridad útil puede abrir la puerta a un estado mental de menos temor y más equilibrio.
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