Es difícil hacer grandes cambios uno solo. Por eso es tan importante obtener apoyo de sus allegados.
Si agregará nuevos hábitos saludables a su rutina, desea alcanzar una meta de salud específica o está lidiando con una enfermedad crónica, no tiene que hacerlo todo sin ayuda alguna. A continuación, compartimos con usted cuatro pasos para formar su mejor red de apoyo.
Paso 1: piense en el tipo de apoyo con el que ya cuenta
Considere cuántas personas ya le brindan ayuda. Quizá cuenta con:
- Un cónyuge o pareja que lo alienta
- Un compañero de entrenamiento o club de cocina saludable que lo hace responsable
- Un compañero de trabajo que elogia sus esfuerzos
- Un amigo que compite con usted y lo impulsa
- Un miembro de la familia que no lo presiona sobre sus metas
- O alguien más
Reflexione cinco minutos sobre ello y escriba sus respuestas. ¡No olvide agradecer a quienes lo apoyan en su vida!
Paso 2: identifique qué tipo de apoyo necesita realmente
Si el apoyo que recibe actualmente no ayuda mucho, quizá sea momento de cambiar las cosas un poco.
Piense en el tipo de apoyo que le ha funcionado anteriormente. ¿Recuerda a alguna persona que lo haya ayudado a hacer algo importante? ¿O que lo haya ayudado a seguir un plan a largo plazo? ¿Qué hizo o dijo esa persona que fue de ayuda?
Considere diferentes tipos de ayuda. Quizá necesite:
- Motivación
- “Necesito alguien que me impulse y me haga responsable”.
- Aliento
- “Quiero que las personas me alienten y me recuerden que puedo lograrlo”.
- Reconocimiento
- “Solo quiero que la gente entienda cuánto me estoy esforzando para lograr esto”.
- Ayuda
- “Quisiera poder delegar algunas tareas para tener un poco más de tiempo para mí”.
- Consultas personales
- “Me gustaría que alguien que sabe sobre este tema me orientara un poco”.
- Alianza
- “Quiero contar con un compañero de ejercicio, un grupo de apoyo o un compañero para comer saludable”.
- Estabilidad
- “Necesito que las personas no me hagan caer en la tentación de retomar viejos hábitos”.
- Espacio
- “Necesito que las personas me dejen hacer mis cosas sin preguntarme al respecto todo el tiempo”.
Paso 3: identifique quién puede brindarle el apoyo que necesita
Una vez que descubra qué tipo de apoyo necesita, piense en los allegados que cree que podrían brindárselo. Podrían ser:
- Amigos
- Un cónyuge o pareja
- Sus hijos
- Otros familiares
- Compañeros de trabajo
- Grupos de apoyo
- Mentores capacitados
- O alguien más
Los buenos amigos y los familiares generalmente desean ayudar a sus seres queridos, al igual que los profesionales a sus pacientes. ¡Y usted merece que le brinden el apoyo que necesita!
Paso 4: Pida lo que necesita
Después de descubrir qué tipo de apoyo necesita y quién podría brindárselo, es momento de solicitarlo.
- Si necesita motivación, intente: “Me vendría bien que alguien me ayudara a seguir por buen camino. ¿Me dirías si notas que estoy holgazaneando?”
- Si necesita aliento, intente: “Se siente genial saber que me animas. ¡No dejes de hacerlo!”
- Si necesita reconocimiento, intente: “Estos cambios no son fáciles y realmente estoy haciendo un esfuerzo. ¿Podrías destacarlo cuando lo notes? Significaría mucho para mí.”
- Si necesita ayuda, intente: “¿Podrías hacerme un favor y recoger a los niños? Así, tendré un poco más de tiempo para cocinar una comida saludable para todos”.
- Si necesita consultas personales, intente. “No sé bien cómo hacer este ejercicio. ¿Puede mostrarme qué estoy haciendo mal?”
- Si necesita un aliado, intente: “Me aburre caminar solo. ¿Te gustaría acompañarme?”
- Si necesita estabilidad, intente: “Llegar a casa y ver platos con golosinas y dulces es demasiada tentación para mí. ¿Pueden ponerlos donde no los vea?”
- Si necesita espacio, intente: “Aprecio tus ganas de ayudarme. Pero, de hecho, la mejor manera de hacerlo es dejarme hacer las cosas por mí mismo. Así, mantengo mi concentración”.
Obtener el tipo adecuado de apoyo es un factor importante para que usted tenga éxito. ¡No tema pedir el tipo de apoyo que necesita!
CLC15923.A