Muchos comemos en exceso cuando estamos estresados, ansiosos o abrumados. También tendemos a comer más cuando la comida está al alcance de la mano. El resultado es un serio desafío para sus hábitos alimentarios saludables.
¡Pero no tiene que comer para vencer el estrés! Estos son algunos consejos que pueden ayudar durante el autoaislamiento:
Crear estructura
- Empaque su almuerzo y refrigerios como si fuera a trabajar.
- Anote su horario habitual de comidas y refrigerios. ¿Tiene hambre entre esos horarios? Evalúe sus señales de hambre física y mental.
- Use el medidor de hambre para decidir si realmente tiene hambre.
Aleje la tentación
- Prepárese para una alimentación saludable eliminando los alimentos desencadenantes.
- Coloque alimentos saludables en la parte delantera de la despensa o encimera. Mantenga a la vista un tazón de fruta fresca o seca, o porciones individuales de nueces. Cuando crea que tiene hambre, considere estas opciones. Si no las quieres, probablemente no tenga mucha hambre.
- Imprima un letrero que diga "ALTO". Colóquelo en el refrigerador y la despensa. Cuando vea el letrero, recuerde que debe parar. Esto le da la oportunidad de pensar en lo que realmente necesita antes de recurrir a la comida.
Programe pausas no alimentarias
- Tómese un descanso para meditar 1 a 20 minutos. Practicar la atención plena y enfocarse en la respiración pueden hacer maravillas por su alma.
- Salga a caminar cuando pueda. El aire fresco y el sol pueden darle una mano para despertarse e iluminar su día.
- Llame a un amigo o familiar con el que no haya tenido la oportunidad de hablar en un tiempo. ¡Esto puede añadir un poco de amor a su día y al de sus seres queridos!
Trátese con amabilidad
- Practique la autocompasión. Cuídese, así como cuida a su familia y amigos. ¿Está desviándose de su rutina saludable? Practique el perdón y luego siga adelante.
- Tenga un espacio libre de juicio. Enfóquese en lo positivo. Y cuando las cosas no salen exactamente como las planeó, aprenda de la experiencia.
- Celebre las victorias. ¡Incluso los pequeños éxitos cuentan! Dese una palmadita en la espalda siempre que pueda. ¡Se lo merece!
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