Sea cual sea el momento del año, siempre hay algo que celebrar. Y esas reuniones con amigos y familiares vienen acompañadas de comidas y bebidas que quizás tengan más calorías de lo ideal.
Afortunadamente podemos disfrutar de las comidas de una fiesta sin tener que quebrantar nuestros objetivos de salud. A continuación le damos ideas para implementar antes, durante y después de cualquier reunión. Así, podrá pasar un rato ameno y sin preocupaciones.
Antes de la fiesta:
Si usted es el anfitrión, planee con anticipación un menú con opciones variadas de platos equilibrados. Las frutas y las verduras frescas, las salsas caseras de vegetales, los pinchos de pollo a la parrilla y muchas otras cosas son opciones saludables y deliciosas.
Si usted es el invitado, contribuya con un plato que le facilite cumplir con sus objetivos de salud. Algunas opciones perfectas son el queso requesón, la jícama [nabo mexicano], el ceviche o una colorida ensalada de frutas.
No se salte ninguna comida ese día. Si llega a la fiesta sintiendo equilibrio y plenitud, podrá tomar mejores decisiones. Pero si llega desfalleciéndose de hambre, no podrá controlarse y comerá más de la cuenta.
Consuma antes una merienda, de manera que no llegue con excesivo apetito. Para ayudar a saciarse, asegúrese de que la merienda incluya algo de proteína y fibra. Algunas buenas opciones son: un puñado de nueces, una manzana pequeña y mantequilla de cacahuate [maní] o lechuga romana y rollitos de pavo con bajo contenido de sodio.
En la fiesta:
Prepárese un plato equilibrado: llene su plato con un 50% de vegetales sin almidón, 25% de carbohidratos de granos enteros y 25% de proteína.
Si la comida es un buffet, sírvase un plato una sola vez. Busque sus alimentos saludables favoritos y saboree plenamente cada bocado delicioso.
Siéntese lejos de la comida; eso reducirá sus oportunidades de comer sin prestar atención a lo que come.
Comience con una ensalada o una sopa de caldo. Estas no solo le ayudarán a calmarle el hambre y llenarse, sino que también lo harán con menos calorías. ¡Así incluso se regalará una porción extra de vegetales!
Limite las bebidas con alcohol: no más de una (mujeres) o dos (hombres). Si bebe más de una, tome un vaso de agua entre una y otra. Eso le ayudará a ahorrarse calorías y a mantener la mente alerta, para poder elegir alimentos saludables en vez de otros que no lo sean tanto.
La comida no es lo único de la fiesta. ¿Ya terminó de comer? Llegó la hora de conversar con sus amigos y divertirse.
Si hay una pista de baile: ¡salga a mover el esqueleto! Eso cuenta como ejercicio igual que una visita al gimnasio.
Después de la fiesta:
Si usted es el anfitrión, reparta lo que haya sobrado entre sus invitados para que se lo lleven y le eviten tener que lidiar con un exceso de sobras.
Al día siguiente, vuelva a su vida normal. Si se pone a hacer más ejercicio o comer menos de lo normal, comenzará un subibaja de extremos poco saludables. A la larga, eso no funciona.
Si siente mucho cansancio al día siguiente, no coma más con la idea de aumentar su energía. Más bien, beba mucha agua y salga a dar una refrescante caminata.
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Ninguna fiesta es motivo para dejar atrás su progreso. Livongo está a su servicio para ayudarle a celebrar su salud en medio de cumpleaños, días de fiesta, bodas y otras ocasiones especiales.