No hay nada malo con eso de disfrutar de un helado o de una reconfortante comida casera. A todos nos gusta una golosina de cuando en cuando.
La clave es entender la razón de que surjan los antojos por ciertas comidas. Devorarse un envase grande de helado después de un día estresante es un hábito que puede entorpecer los objetivos de salud.
No es poco común que la gente use la comida para lidiar con sus sentimientos. Para muchos, el hambre emocional es un gran obstáculo en su camino hacia la salud. Pero, afortunadamente, podemos hacer planes para evitar esa manera de comer.
A continuación le damos algunas técnicas que le ayudarán a dejar de usar la comida como método de escape emocional:
1. Use la técnica “PARAR”
Usted tiene el poder de interrumpir sus antojos, si así lo desea. Cuando se le presente esa urgencia de comer algo por causa de una fuerte emoción, pruebe a PARAR:
● Pare lo que esté haciendo.
● Respire profundo unas cuantas veces. Dele a su mente la oportunidad de apartarse de sus emociones y prestar atención a su cuerpo.
● Observe el nivel de hambre de su cuerpo. Asígnele un puntaje del 1 al 10, en donde 1 significa llenura total y 10 significa hambre total.
● A continuación, preste atención. Quizás usted quiere comer porque su cuerpo realmente siente hambre. Pero también es posible que termine decidiendo no comer porque —tras pensarlo un poco— se dé cuenta de que en realidad no lo necesitaba. ¡La decisión depende de usted!
2. Practique la técnica de “atención plena” (mindfulness)
Cuando estamos serenos, es menos probable que recurramos a la comida para reconfortarnos. Al meditar podemos ayudar a aliviar el estrés que desencadena el hambre emocional. Hay muchas maneras de meditar. Una estrategia de meditación son los ejercicios de respiración. Pruebe a hacer lo siguiente al menos una vez al día durante unos cuantos días, y vea la forma en que impacta sus hábitos de alimentación:
● Busque un sitio tranquilo donde pueda estar sin interrupciones.
● Adopte una postura cómoda.
● Póngase una mano sobre el estómago.
● Inhale con lentitud y profundidad por la boca y llene de aire el estómago. A medida que inhala, cuente lentamente hasta 3. Imagínese que el estómago se está expandiendo como un globo al inflarse.
● Haga una pausa contando hasta 2.
● Exhale suavemente por la nariz contando hasta 3. Seguidamente expulse el aire como si estuviera soplando velas de cumpleaños.
● A medida que vaya teniendo pensamientos, reconózcalos y luego déjelos ir como si fueran hojas en un manantial. Al tratar de no dejarse atrapar por esos pensamientos, se estará entrenando poco a poco para tener más control sobre los pensamientos que elija tener.
3. Rechace los momentos estresantes
Tener un plan para detener el estrés en seco puede ayudar a combatir el hambre emocional. A continuación le damos unas cuantas ideas para cuando esté a punto de comer como método de escape:
● Póngase a escribir en un diario
● Salga a caminar al aire libre
● Recuéstese y estírese bien
● Hable con algún amigo que le brinde apoyo
● Escuche música que le dé serenidad
● Beba una taza de té caliente
● Tome un reconfortante baño de tina
4. Mueva el cuerpo con regularidad
● Al incorporar el movimiento corporal a su vida, ayudará a minimizar el estrés que desencadena el hambre emocional. Salga a caminar o a correr, o inscríbase en una clase de ejercicio en su centro comunitario local. Cualquier movimiento placentero le ayudará a reducir los niveles de ansiedad.
5. Haga pausas y visualizaciones
● Antes de comer, dedique un instante a imaginarse el futuro. Adelántese al futuro. ¿Cómo se sentirá 10 minutos después de haberse comido ese antojo? Compare eso con lo que sentiría 10 minutos después de haberlo resistido. Esto le ayudará a tomar una decisión que apoye sus metas y no sus ansias del momento.
Practique estas ideas. Vea cuál le funciona mejor. Los antojos son inevitables. Pero si implementa una o más de estas tácticas, se ayudará a controlar esas ansias en momentos de emociones intensas.
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