No es necesario ser perfecto para vivir una vida más saludable. La perfección no es realista. Y no es necesaria.
El pensamiento de todo o nada es el tipo de pensamiento que nos hace creer que debemos ser perfectos, de lo contrario, ni siquiera vale la pena intentarlo. Esto puede obstaculizar el logro de sus objetivos.
Los pensamientos de todo o nada pueden sonar así:
- “No bajé nada de peso esta semana. Nunca alcanzaré mi meta".
- "No estaré listo para correr esa carrera de 5 km en un mes, así que mejor renuncio ahora".
- “Me comí dos rebanadas de pizza en el almuerzo. Mi plan de alimentación saludable ya se arruinó por el día, así que mejor tengo otro capricho en la cena".
Estos son pensamientos comunes, pero pueden dificultar el cumplimiento de sus metas.
Replantear sus pensamientos de esos absolutos de todo o nada, en blanco y negro, a "tonos de gris" mejorará sus posibilidades de éxito y lo ayudará a tratarse a sí mismo con más compasión. Esto puede ayudarlo a mantener cambios saludables a largo plazo.
Siga las 6 R para replantear sus pensamientos:
- RECONOZCA sus pensamientos de todo o nada. Preste atención a las palabras que usa. ¿Con qué frecuencia dice "nunca" y "siempre"? Estas palabras imponentes establecen estándares imposibles. Se prepara para el fracaso, porque no puede estar a la altura de ellos. En su lugar, elija otro lenguaje.
- RECUERDE que se trata del panorama general. Tenga en cuenta que los alimentos no son "buenos" ni "malos". Si no tomó las decisiones más saludables al almuerzo, equilíbrelas con alimentos más nutritivos durante el resto del día. Cambie su lenguaje de "Arruiné mi dieta" a "Puedo volver al camino y comer más verduras en la cena".
- REPLANTEE sus pensamientos enfocándose en construir el hábito primero. Concéntrese en el esfuerzo después. El objetivo es construir un estilo de vida más saludable que sea sostenible. Eso significa practicar hábitos más saludables una y otra vez. Esto requiere tiempo. No es una carrera. No hay premio al final por llegar más rápido. Pregúntese: "¿Dónde está el término medio aquí?". Dígase: "Es posible que comer ese pedazo de pastel no me ayude a perder peso hoy, pero ciertamente no lo arruinará para siempre".
- REFLEXIONE sobre su crecimiento. Considere el "viejo yo" y cómo maneja las situaciones. ¿Es diferente ahora de lo que era en el pasado? “Hace un año, no hubiera sabido que lo que estaba haciendo no era una elección saludable. Ahora lo sé y puedo hacer algo al respecto". Concéntrese en celebrar sus victorias.
- REESCRIBA el guion en su mente. En lugar de decir "No más postre para mí", pruebe con un guion diferente. Dígase: “Puedo pasar el postre la mayor parte del tiempo. Cuando coma postre, solo comeré un pedazo o un bocado. Lo comeré con atención y saborearé cada momento".
- REPITA el proceso. Esto no es fácil. Cambiar de hábitos requiere práctica. Recuerde que se trata de progreso, no de perfección, e incluso los pequeños pasos lo seguirán moviendo en el camino.
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