Imagine la situación. Está cenando con su familia y se siente bien porque ha sabido mantenerse por el camino de la alimentación saludable. Ha optado por porciones decentes, muchos vegetales y apenas un poco de postre. ¡Buen trabajo!
Es entonces cuando un ser querido le ofrece que repita todos los platos e insiste en que coma más.
Esta divertida escena es muy común en las familias, en el trabajo, incluso en las citas románticas. Sin embargo, acceder a la insistencia de comer lo que realmente no queremos, puede significar incorporar demasiadas calorías adicionales. ¡Afortunadamente, hay formas de mantener nuestras metas de salud y a la vez conservar las relaciones!
Recuerde su meta
Un capricho ocasional y consciente forma parte de un estilo de vida saludable. Pero aceptar ofrecimientos para comer todo el tiempo puede ser riesgoso. Pregúntese:
- ¿Realmente tengo hambre?
- ¿Este alimento contribuirá con mi meta de perder peso, controlar la diabetes o bajar la presión arterial?
- ¿Me preocupa ofender a esta persona? Si es así, ¿es esa una buena razón para comer algo que no quiero ni necesito?
Domine el "rechazo cortés"
Si decide rechazar el ofrecimiento de comida que no quiere ni necesita, puede responder algo así como:
- “Se ve delicioso, pero no, gracias. ¡Aprecio tu comprensión!”.
- “Muchas gracias, pero ya he comido mucho. ¡No me cabe ni un bocado más!”.
- “Esta vez no puedo, pero muchas gracias por pensar en mí. ¡Puedo ver que te has esforzado mucho!".
La mayoría de las veces, la gente ofrece como muestra de cariño. En el raro caso de que alguien no acepte un "no" como respuesta, considere evitar compartir con esa persona situaciones relacionadas con la comida.
Si tiene a alguien que lo incita a comer, hágale saber que puede estrechar lazos con usted por otros medios: ejercicio, música, programas de televisión en común, ¡o incluso comida sana!
CLC14587.B