Si tiene diabetes, es muy probable que haya escuchado muchos consejos sobre cómo comer. ¡Eso puede ser abrumador! La buena noticia: comer para controlar la diabetes no tiene por qué suponer un cambio radical en su forma de alimentarse. Estos son algunos pasos simples relacionados con los alimentos que pueden ayudar a que usted controle la diabetes.
Beba mucha agua. Los primeros signos de deshidratación (dolor de cabeza, mareos y sensación de cansancio) a menudo se confunden con hambre y pueden llevar a comer refrigerios innecesarios. Trate de beber ocho a diez vasos de agua de ocho onzas por día.
¿Todavía tiene hambre después de una comida? Coma más verduras sin almidón. Si quiere repetir después de terminar una comida, coma más verduras sin almidón como verduras de hoja, brócoli y pimientos. Estas tendrán un efecto muy bajo en su nivel de azúcar en sangre y contienen fibra que ayudará a que sienta más rápido que ya comió lo suficiente.
Tenga a la mano refrigerios saludables y bajos en carbohidratos. Aprovisiónese de frutos secos, verduras crudas cortadas, fruta y mantequilla de frutos secos.
Planifique y prepare comidas con anticipación. Reserve un tiempo cada semana para lavar y cortar las verduras, recortar y preparar las proteínas y cocinar alimentos como sopas y guisos para toda la semana.
Incluya siempre proteínas. Las proteínas hacen sentir saciedad, crean músculo magro y tienen muy poco impacto en el nivel de azúcar en sangre. Trate de consumir entre tres y cuatro onzas (aproximadamente el tamaño de su palma) de proteína en cada comida.
Incluya grasas saludables en cada comida. Las grasas saludables producen saciedad, ayudan a disminuir el hambre y pueden ralentizar la absorción de azúcar en el torrente sanguíneo.
Conozca los tamaños de las porciones. A menudo no nos damos cuenta de que comemos en exceso porque no sabemos cómo es el tamaño de una porción. Familiarícese con los tamaños comunes de las porciones para asegurarse de que está comiendo carbohidratos, proteínas y grasas en las cantidades correctas.
Chequee el nivel de azúcar en sangre con más frecuencia. Cuando cambia qué y cómo come, incluso si es mejor, es importante chequear el azúcar en sangre con más frecuencia para ver cómo estos cambios afectan su nivel de azúcar en sangre. ¡Esto le ayudará a saber si lo que está haciendo está funcionando!
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